Guía Operativa de Dengue y Dengue Hemorrágico





Red de Salud Provincia Velasco


Municipios de:

San Ignacio • San Miguel • San Rafael














Guía Operativa de
Dengue y
Dengue Hemorrágico






Dr. Carlos Castillo Palazzi






Este documento puede ser reproducido en
cualquier medio con la única condición
de hacer conocer la fuente y
comunicar el hecho al autor.


Documento publicado con el apoyo de la
Agencia Española de Cooperación Internacional – AECI.


-©                        Guía Operativa de Dengue y Dengue Hemorrágico
Dr. Carlos Castillo Palazzi
Depósito Legal:    4-2-1819-05
Impreso en:          Prisa Ltda.
Calle Claudio Sanjinés 1738, Miraflores
Teléfono (591-2)2228500
Fax:(591-2)2227656
E-Mailjvillena@mail.megalink.com
La Paz, Bolivia







Manual práctico de Dengue elaborado en base al
Manual de Normas y Procedimientos para
la Vigilancia Epidemiológica y
Control del Dengue y al documento
Fiebre por Dengue Hemorrágico de
la Organización Mundial de la Salud,











TIPOS DE DENGUE

Dengue Clásico
Las características clínicas del dengue clásico, (D) con frecuencia dependen de la edad del paciente. Los lactantes y los preescolares pueden tener una enfermedad acompañada de fiebre indiferenciada con una erupción máculopapular.
Los niños mayores y adultos pueden tener, ya sea una enfermedad febril leve o la enfermedad clásica incapacitante de inicio abrupto, fiebre alta, cefalea intensa, dolor retroorbitario, mialgias y artralgias y erupción cutánea. Las hemorragias de la piel no son raras. Generalmente se encuentra leucopenia (glóbulos blancos disminuidos) y ocasionalmente se observa trombocitopenia (disminución de los trombocitos en sangre). La tasa de letalidad es muy baja.
Algunas epidemias van acompañadas por complicaciones hemorrágicas, como: epistaxis, gingivorragia, hemorragia gástrica, hematuria y aumento de la cantidad de sangrado menstrual. En algunas epidemias la hemorragia grave ha causado la muerte pero, generalmente, en escasa proporción. Es importante diferenciar los casos de dengue con hemorragia inusual, de los casos de dengue hemorrágico.

Dengue Hemorrágico (DH)
El dengue hemorrágico (DH) puede definirse como una enfermedad febril aguda, causada por cualquiera de los cuatro serotipos del virus del dengue y caracterizada clínicamente por una diátesis hemorrágica, con tendencia al desarrollo de un síndrome de choque (Síndrome de Choque del Dengue), que puede ser mortal. LA TROMBOCITOPENIA CON HEMOCONCENTRACIÓN SIMULTANEA ES UN HALLAZGO CONSTANTE.
Los casos típicos de dengue hemorrágico se caracterizan por fiebre alta, hemorragias diversas, aumento del tamaño del hígado e insuficiencia circulatoria.
La disminución de los trombocitos en sangre de forma moderada, además del aumento de la concentración de la sangre por pérdida del plasma, es el hallazgo distintivo de laboratorio clínico. Lo más importante y que diferencia al dengue hemorrágico de la fiebre hemorrágica boliviana es el aumento de la concentración de la sangre (sangre más espesa), por la salida del plasma hacia espacio intercelular. Este hallazgo se confirma por la medición del ÍNDICE HEMATOCRITO en laboratorio, el cual se halla frecuentemente elevado.

Dengue Hemorrágico sin choque
La enfermedad generalmente empieza con un ascenso súbito en la temperatura, que viene acompañado por congestión facial (cara enrojecida) y otros síntomas generales no específicos que se asemejan al dengue no hemorrágico, tales como pérdida del apetito, vómitos, dolor de cabeza y dolores musculares o de las articulaciones. Algunos pacientes se quejan de dolor de garganta y durante el examen puede encontrarse congestión de la faringe. El malestar epigástrico, la sensibilidad en el reborde costal derecho y el dolor abdominal generalizado son comunes. La temperatura es típicamente alta durante 2 a 7 días y luego baja a un nivel normal o subnormal.
Ocasionalmente la temperatura puede subir hasta 40° o 41° C y pueden ocurrir convulsiones febriles.
El fenómeno hemorrágico más común es la prueba del torniquete positiva; en la mayoría de los casos se producen con facilidad hematomas y hemorragias en los puntos de venopuntura.
Durante la fase febril inicial pueden observarse petequias finas diseminadas en las extremidades, las axilas, la cara y el paladar blando. Durante la convalecencia, cuando la temperatura ya es normal, a veces se observa una erupción petequial confluyente con pequeñas áreas redondas de piel normal muy característica.
Puede observarse una erupción del tipo de la rubéola al principio o a finales de la enfermedad. La hemorragia nasal y la hemorragia gingival son menos comunes. Ocasionalmente se observan hemorragias gastrointestinales leves.
El hígado generalmente se puede palpar a principios de la fase febril. El tamaño del hígado varía de apenas palpable a 2-4 cm por debajo del reborde costal. El tamaño del hígado no está en correlación con la gravedad de la enfermedad, pero la hepatomegalia se observa con más frecuencia en casos de choque.
El hígado es a menudo sensible, pero por lo general no se observa tinte amarillo de la piel y las mucosas, ni siquiera en los pacientes con un hígado sensible y grande. El aumento del tamaño del bazo rara vez se observa en los niños pequeños, sin embargo, el bazo con frecuencia es prominente en la radiografía.
En casos leves a moderados, después de ceder la fiebre desaparecen todos los signos y síntomas. El descenso gradual de la fiebre puede ir acompañado de transpiración profusa y de cambios leves en la frecuencia del pulso y la presión arterial, junto con enfriamiento de las extremidades y congestión de la piel. Estos cambios reflejan los trastornos circulatorios leves y transitorios resultantes de cierto grado de pérdida de plasma. Los pacientes generalmente se recuperan espontáneamente o después de recibir terapia de líquidos y electrolitos.

Síndrome del Choque del Dengue (SCD)
En los casos graves de dengue hemorrágico, la condición del paciente se deteriora repentinamente después de una fiebre de pocos días de duración.
En el momento o inmediatamente después que baja la temperatura entre 3 y 7 días después del inicio, hay signos de insuficiencia circulatoria: la piel se torna fría, con manchas y congestionada; con frecuencia se observa cianosis (coloración azulada) alrededor de la boca y el pulso se vuelve débil y rápido. Aunque algunos pacientes pueden parecer letárgicos, se vuelven inquietos y luego entran rápidamente en la etapa crítica del choque. El dolor abdominal agudo es una queja frecuente poco antes de sobrevenir el choque.
El choque se caracteriza por un pulso acelerado y débil con reducción de la tensión diferencial (20 mm Hg o menos, independientemente de los niveles de presión) o hipotensión, con piel fría y húmeda y agitación. Los pacientes en choque están en peligro de muerte si no se les administra rápidamente el tratamiento indicado. Pueden pasar a una etapa de choque profundo, haciéndose imperceptibles el pulso y la presión arterial. La mayoría de los pacientes se mantienen conscientes casi hasta la etapa terminal. La duración del choque es corta; el paciente puede morir en 12-14 horas o recuperarse rápidamente después de recibir la terapia antichoque apropiada. Si el estado de choque no es superado, el paciente puede evolucionar hacia un curso más complicado con acidosis metabólica, hemorragia grave del tracto gastrointestinal y otros órganos y un pronóstico grave. Los pacientes con hemorragia intracraneal pueden entrar en coma.
La convalecencia en el DH con o sin choque es corta y sin incidentes. Aún en casos con choque profundo, una vez que éste ha sido superado, los pacientes que sobreviven se recuperan en 2 a 3 días. La recuperación del apetito es un signo de buen pronóstico. Un resultado común de la convalecencia es la disminución de las pulsaciones y de los latidos del corazón con latidos irregulares (bradicardia y arritmia sinusal). Ocasionalmente se observa bradicardia absoluta.

DIAGNÓSTICO CLÍNICO DEL DENGUE HEMORRAGICO Y DEL SÍNDROME DE CHOQUE DEL DENGUE.

Criterios clínicos
a)    Fiebre: de comienzo agudo, alta, continua y de 2 a 7 días de duración.
b)   Manifestaciones hemorrágicas, que incluyen por lo menos una prueba del torniquete positiva. Pueden observarse cualquiera de las siguientes manifestaciones:
-         Petequias, púrpura, equimosis.
-         Hemorragia nasal, hemorragia gingival.
-         Vómitos de sangre o sangre en las heces.
c)    Aumento en el tamaño del hígado (observado en alguna etapa de la enfermedad en 90-96% de niños tailandeses, en un 67% de niños cubanos con DH, sin embargo, en niños indonesios con DH, la hepatomegalia no es hallazgo constante).
d)   Choque presente, con pulso rápido y débil con disminución de la tensión diferencial (20 mm Hg o más) o hipotensión con piel fría y húmeda y agitación.
e)    Para determinar el síndrome hemorrágico, se recomienda el método estándar de la prueba del tornique, empleando un manguito de un esfigmomanómetro manteniendo la presión entre 70 a 100 mm Hg durante 5 minutos. En los pacientes con DH, la prueba suele dar un claro resultado positivo (es decir, más de 20 petequias por 2,5 cm2). La prueba puede ser negativa o ligeramente positiva durante la fase de choque profundo. Si la prueba se hace después de la recuperación del choque, ésta suele resultar positiva y algunas veces fuertemente positiva.

Criterios de laboratorio
a)                Disminución de los trombocitos o plaquetas a menos de 1OO.OOO/mm3. (Recuento directo empleando un microscopio de contraste de fases (normal 200.000-500.000/mm3). En la práctica es aceptable un recuento aproximado en un frotis de sangre periférica. En las personas normales, 4-10 plaquetas por campo con objetivo de inmersión en aceite (promedio de lectura de campos), indica un recuento suficiente de plaquetas. Un promedio de 2-3 por campo se considera bajo, es decir < 100.000/mm3.
b)               Hemoconcentración; el índice hematocrito aumentado en 20% o más del valor de recuperación o normal.
El choque con índice hematocrito elevado (excepto en pacientes con hemorragia grave) y marcada trombocitopenia sugieren un diagnóstico de Síndrome del Choque por Dengue (SCD).

Pruebas esenciales de laboratorio
Para evaluar el estado del paciente se recomienda las siguientes pruebas:
-         Estudio de los electrolitos del suero y de los gases en sangre.
-         Recuento de plaquetas.
-         Pruebas de las funciones hepáticas: determinación de las enzimas que se producen en el hígado y que determinan la función del mismo.

Criterios para la notificación de Dengue Hemorrágico
a)                Fiebre.
b)               Manifestaciones hemorrágicas, que incluyan por lo menos una prueba del torniquete positiva (excepto en casos de choque) y quizás, fenómenos hemorrágicos menores o mayores.
c)                Trombocitopenia (100.000/mm3 o menos).
d)               Aumento de la concentración de la sangre: índice hematocrito aumentado en 20% o más o indicios objetivos de aumento de la permeabilidad capilar.

Criterios para la notificación de Síndrome de Choque del Dengue
a)                Todos los criterios anteriores.
b)               Presión baja o estrechamiento de la tensión diferencial (20 mm Hg o menos).

Criterios para evaluar la gravedad del Dengue Hemorrágico
La gravedad del DH se clasifica en cuatro grados:
Grado I:              Fiebre acompañada de síntomas generales no específicos; la única manifestación hemorrágica es una prueba del torniquete positiva.
Grado II:        Hemorragia espontánea además de las manifestaciones de los pacientes grado I, generalmente en forma de hemorragia en la piel y/o de otra localización.
Grado III:    Insuficiencia circulatoria que se manifiesta en pulso rápido y débil, estrechamiento de la presión diferencial (20 mm Hg o menos) o presión baja, piel fría y húmeda y agitación.
Grado IV:     Choque   profundo   con   presión   arterial   y   pulso imperceptibles.

Diagnóstico diferencial del Dengue
Al comienzo de la fase febril, el diagnóstico diferencial comprende un amplio espectro de infecciones víricas, bacterianas y por protozoarios. Se deben considerar enfermedades como la leptospirosis, la malaria, la hepatitis infecciosa, la fiebre amarilla y la influenza.
La presencia de plaquetopenia más concentración elevada de la sangre simultáneamente, distingue el DH/SCD de otras enfermedades. En pacientes con hemorragia grave, los indicios de derrame pleural y/o disminución de las proteínas del suero pueden indicar la extravasación de plasma.

TRATAMIENTO DEL DENGUE Y EL DENGUE HEMORRÁGICO SIN CHOQUE
La fiebre alta, la falta de apetito y los vómitos producen sed y deshidratación. En consecuencia, la administración de líquidos debe ser abundante en la medida en que el paciente lo tolere; en lugar de agua se recomienda soluciones de rehidratación oral para reponer los electrolitos, del tipo usado en el tratamiento de la diarrea y/o jugos de fruta.
Durante la fase febril existe riesgo de convulsiones, y en los pacientes con temperatura elevada puede ser indicado el uso de drogas para bajar la fiebre. Se deben evitar los salicilatos, ya que pueden causar hemorragia y acidosis. Se recomienda el uso de paracetamol en las siguientes dosis:
Menos de 1 año:       60 mg/dosis
1-3 años:                   60-120 mg/dosis
3-6 años:                   120 mg/dosis
6-12 años:                 240 mg/dosis
Los pacientes deben ser vigilados muy de cerca a fin de detectar a tiempo signos iniciales de choque. El período crítico ocurre durante la transición de la fase febril a la fase afebril, lo que normalmente se produce después del tercer día. Las determinaciones del índice hematocrito son una guía indispensable para el tratamiento, ya que reflejan el grado de extravasación de plasma y la necesidad de administración intravenosa de líquidos. La hemoconcentración suele preceder a las alteraciones de la presión sanguínea y el pulso. El índice hematocrito debe determinarse diariamente, durante uno o dos días a partir del tercer día y hasta que la temperatura retorne a su nivel normal. Si no es posible determinar el índice hematocrito, puede hacerse en su lugar la determinación de hemoglobina, pero este indicador es menos sensible.
En casos leves o moderados, cuando los vómitos producen signos de deshidratación o acidosis, o cuando se observan signos de hemoconcentración, la administración de líquidos por vena, se puede llevar a cabo sin necesidad de hospitalizar al paciente. Los líquidos que han de administrarse en estos casos son análogos en volumen y composición a los utilizados en el tratamiento de la deshidratación moderada por diarrea. Los líquidos deben tener la composición de las SRO Sales de Rehidratación Oral de la OMS. En niños menores de dos años debe darse además, jugo de frutas o agua adicional en la proporción de un volumen de frutas o agua por cada dos volúmenes de SRO.
Para la vía intravenosa se utilizan soluciones de la misma manera que en los casos de rehidratación por diarrea. Se puede administrar las soluciones a razón de 20 ml por kilo de peso por hora hasta superar la fase aguda y continuar con 10 ml por kilo de peso corporal por hora.
Durante la administración rápida de los líquidos es muy importante monitorear y controlar signos de insuficiencia cardíaca.

TRATAMIENTO DEL SÍNDROME DEL CHOQUE DEL DENGUE
El choque es una emergencia médica. La medida más importante de tratamiento es la reposición y mantenimiento del volumen de líquidos. Es indispensable la administración intravenosa inmediata e intensa de líquidos para aumentar el volumen de plasma. Los niños pueden entrar y salir del estado de choque en un período de 48 horas. Es absolutamente necesaria una observación cuidadosa las 24 horas del día.
Reposición inmediata de la pérdida de plasma. Empezar la administración intravenosa de líquidos con lactato Ringer o solución salina isotónica a razón de 20 ml por kilo de peso corporal. El líquido debe fluir lo más rápidamente posible. Puede ser necesaria presión positiva.
En caso de choque continuo o profundo, se administra plasma o sucedáneos como dextrano de masa molecular relativa media, después del líquido inicial.
En la mayoría de los casos no se necesitan más de 20 a 30 ml de plasma por kilo de peso corporal.
La administración de líquidos debe continuar a ritmo constante de 10-20 ml por kilo de peso corporal por hora hasta que sea evidente la mejora de los signos vitales.
La administración intravenosa de líquidos debe descontinuarse cuando el hematocrito disminuye a un nivel estable de alrededor del 40% y cuando el paciente ha recuperado el apetito. El volumen normal de orina indica que hay líquido circulante suficiente. En general, no hay necesidad de administrar líquidos por más de 48 horas después que termina el choque.
El pulso amplio, la presión arterial fuerte y el volumen de orina normal, son signos vitales importantes durante esta fase de reabsorción.
Otros trastornos metabólicos y de los electrolitos que pueden necesitar tratamiento específico son la hiponatremia y la acidosis metabólica. La acidosis metabólica no tratada puede complicar el cuadro llevándolo hacia una coagulación intravascular diseminada (CID), y evitar el restablecimiento del paciente. En general, la reposición inmediata de volumen y la corrección de la acidosis con bicarbonato dan buen resultado y evitan la utilización de heparina.
Otras medidas que pueden ser necesarias son el uso de sedantes para calmar al niño agitado, evitando los fármacos tóxicos para el hígado. Se administra hidrato de cloral en dosis de 12,5 a 50 mg por kilo de peso, pero no más de 1 gramo, como dosis hipnótica única.
La transfusión de sangre solo se hace necesaria en casos de manifestación hemorrágica significativa.

MONITOREO DE LA TERAPIA ANTICHOQUE
En la práctica se aconseja observación constante y cuidadosa hasta que haya una seguridad razonable de que ha pasado el peligro.
Se monitorea:
·       El pulso, la presión arterial, la respiración y la temperatura cada 15 a 30 minutos hasta que el choque ha sido controlado.
·       Los niveles de hematocrito y de hemoglobina deben determinarse cada 2 horas durante las primeras 6 horas y luego cada 4 horas hasta la estabilización del paciente.
·       Debe llevarse una hoja de registro de líquidos administrados, la cantidad y la velocidad para evaluar adecuadamente la reposición y corrección de líquidos y electrolitos. El registro debe incluir igualmente la frecuencia y el volumen de la excreción de orina.

CRITERIOS DE ALTA PARA PACIENTES CON DENGUE/DH
1.    Cinco o más días después del inicio de la enfermedad.
2.    Ausencia de fiebre durante 24 horas sin uso de terapia antipirética (medios físicos o medicamentos).
3.    Mejora visible en el cuadro clínico.
4.    Relación índice hematocrito/hemoglobina < 3,5 y recuento de plaquetas > 100.000/mm3.
5.    Prueba del torniquete negativa.
Los pacientes deben reunir estos cinco criterios antes de que se les pueda dar de alta.







LOS DOS PRIMEROS CRITERIOS CLÍNICOS,
FIEBRE Y PRUEBA DEL MANGUITO POSITIVA,
MÁS LA DISMINUCIÓN DE LAS PLAQUETAS
EN SANGRE Y LA HEMOCONCENTRACIÓN
CON UN ÍNDICE HEMATOCRITO CRECIENTE,
BASTAN PARA ESTABLECER EL
DIAGNOSTICO CLÍNICO DE
DENGUE HEMORRÁGICO (DH).






No hay comentarios.:

Publicar un comentario